La sensatez como activo empresarial

MafaldaDurante los ejercicios fiscales 2009, 2010 y 2011, las compañías del IBEX 35, columna vertebral de la economía española, incrementaron su productividad, esto es, la de su fuerza laboral, en un 23 por ciento de media. Los ingresos por empleado, durante los tres años objeto de estudio, pasaron de 250.000 a 300.000 euros.

Este fenómeno ha estado vinculado a los procesos de concentración en diversos sectores, mediante operaciones corporativas de compras, fusiones, adquisiciones, y otras. Por lo general, estas grandes empresas han aumentado su tamaño, tienen más ingresos y sus plantillas no han aumentado: bien han permanecido idénticas o han sido reducidas. Desde este punto de vista, podría ser cierto el dicho de que la fusión de dos empresas (1 + 1), no es igual a ni a dos ni a tres, sino a algo distinto: a aquello que las compañías hayan querido ser cuando decidieron fusionarse.

La mayor parte de estos procesos de concentración han tenido por objeto una profundización en la estrategia de negocio o foco de las empresas, consiguiendo mayor cuota de mercado donde ya estaban, o diversificación de las fuentes de ingresos. En algunos casos, también, pero los menos, algunas empresas compraron otras en mercados extranjeros para triunfar en su objetivo de internacionalización: para muchas empresas, es más fácil comprar una firma existente en el nuevo país en el que quieren desembarcar, que “montar” de cero una filial propia, con todo lo que eso lleva consigo: oficinas, personas, redes de ventas, distribuidores, canales, relaciones, etc. Sigue leyendo