Se avecina un tsunami económico

Indrasenan Thusyanthan La huelga, en Iberia, no va a parar el tsunami de diez años que se cierne sobre la economía española

Leer The Wall Street Journal, The New York Times o Business Week Bloomberg, y encontrar la huelga en Iberia es, en sí mismo, noticia, y noticia muy negativa. Transmite la imagen de un país –España-, que se hunde y cae en el caos social. NYT ha publicado que “los empleados de tierra y los tripulantes de cabina de Iberia, la compañía española aérea que pierde dinero, se enfrentaron con los policías antidisturbios en el aeropuerto de Madrid-Barajas el lunes, en el primer día de huelga, como protesta por el plan de eliminar más de 3.800 empleos”. Conflictividad social con enfrentamientos y la calificación de Iberia como la compañía aérea española que pierde dinero. Malas definiciones para los huelguistas y para Iberia, que ya tiene colgado un Sambenito en el sector como máquina de generar pérdidas. A los sindicatos, todo esto les da igual. En Televisión Española, una representante sindical afirmaba el 21 de febrero de 2013 que ellos “van a continuar a muerte con la huelga”.

New York Times destaca que varios cientos de manifestantes consiguieron entrar en la Terminal 4 de Barajas –“el principal centro de operaciones de Iberia en el aeropuerto-, creando caos adicional y frustración en el aeropuerto para los muchos pasajeros que, de hecho, fueron forzados a esperar, debido a que sus vuelos habían sido cancelados o retrasados”. Es bueno que un diario extranjero diga lo que nadie dice en España: los huelguistas de Iberia crean ansiedad y frustración entre cientos de miles de personas-pasajeros a quienes la huelga en Iberia genera una brutal disrupción en sus vidas y en sus trabajos. No cabe en la cabeza, mayor falta de sensibilidad por parte de los huelguistas.

Y, efectivamente, como ellos mismos dicen abiertamente ya, y sin tapujos –a cinco días de iniciada la huelga, ya nadie habla de defender a “nuestra querida España”, sino sus puestos de trabajo, a costa de quien sea y caiga quien caiga-, la huelga va a continuar y es altamente probable que la extiendan a Semana Santa y al mes de abril. Ni siquiera el nombramiento de un mediador no vinculante por parte del Gobierno parece calmar a los huelguistas, aunque el mediador –según publican los medios de comunicación- es un catedrático muy cercano a uno de los abogados del sindicato de pilotos, SEPLA. Los pilotos han dicho que no conocían la relación entre el mediador y su abogado. Y se callan que, lógicamente, están encantados con el nombramiento de una persona afín a sus intereses.

Anteriormente, hemos puesto de relieve las muy nocivas consecuencias de la huelga en Iberia, especialmente desde el punto de vista económico y empresarial. Desde un punto de vista humano es esencial resaltar ahora la ansiedad y frustración que –parafraseando al diario norteamericano liberal- genera en las personas la huelga en Iberia.

En cualquier caso, el fenómeno empresarial y económico que está experimentando España y Occidente no va a parar. El que fuera ministro de Economía (Chancellor of the Exchequer) y primer ministro británico entre 2007 y 2010, Gordon Brown, avisa en “Beyond the crash, overcoming the first crisis of globalization” (“Más allá del porrazo, superando la primera crisis de la globalización”, 2010, Simon & Schuster), que Occidente se enfrenta a una década pérdida  en crecimiento económico y (falta de) creación de empleo. Un Estudio de la consultora líder en servicios profesionales, PwC, entre 600 empresarios, directivos y economistas, de mediados del mes de febrero de 2013 decía que, “de no hacerse más reformas estructurales, España se enfrenta a diez años de un crecimiento anémico del 1-1,5% en Producto Interior Bruto”. Por último, el diario El País, el 22 de febrero de 2013 publicaba un informe de la Comisión Europea que, frente a las previsiones del gobierno español, dice que nuestra economía seguirá en recesión en 2013 y 2014 y que, tan solo a partir de 2016 cabe prever “crecimiento económico con empleo”.

Si se cumplen las previsiones de Gordon Brown –“uno de los mejores economistas y ministros de Economía que he tratado en 20 años” escribió de él Alan Greenspan en “The age of Turbulence”-, de PwC y las de la Comisión Europea, con una década de crecimiento económico plano, diez años perdidos sin apenas crecimiento económico y sin empleo…, no es fácil deducir que va a ser imposible a los sindicatos de Iberia parar el tsunami que nos viene encima a todos. Como mucho –gran desastre-, conseguirían hundir a Iberia –entonces, todos a la calle, porque el gobierno español no la va a salvar-, inundada por las pérdidas económicas.

Según publican muchos medios de comunicación, en la casa matriz de Iberia y BA, en IAG, están francamente molestos con las presuntas intromisiones del gobierno español y los sindicatos, en la gestión empresarial de Iberia. Esas supuestas intromisiones tampoco impedirían el final triste de Iberia si la empresa no puede tomar las medidas adecuadas para sobrevivir, volviendo a la rentabilidad. Según The New York Times, Iberia está perdiendo 2,5 millones de euros todos los días…, sin huelga. Con huelga, la cifra sube a 10 millones. La Comunidad de Madrid ha elaborado un informe económico que concluye que, debido a la huelga en Iberia, la CAM va a perder 250 millones de euros y se perderán casi 300 puestos de trabajo. No se pueden dar más datos para que, por favor, los huelguistas de Iberia entren en razón.

Aunque tampoco todos los trabajadores de Iberia están unidos como una piña. Trasciende la realidad de que los convenios firmados entre sindicatos y compañía defienden los intereses de los trabajadores más mayores y más cercanos a la jubilación, penalizando con el despido más inmediato a los más jóvenes. Parece ser que los trabajadores de Iberia menores de 60 años estarían hablando entre ellos para crear un frente común, distanciarse de los sindicatos y defender sus intereses. Lógico, porque los sindicatos, con su comportamiento, no defienden los intereses de todos, sino los suyos.

Los hay que no despiden porque estén en pérdidas, sino porque quieren ganar más dinero y tienen que reducir costes. Es el caso de la compañía aerolínea alemana, Lufthansa, que a pesar de haber ganado 900 millones de euros en 2012, va a despedir a 3.500 trabajadores de sus servicios centrales, corporativos y funciones administrativas. ¿La causa? La creciente subida de los precios del combustible (+6% en 2013) y la competencia de las compañías aéreas de bajo coste, que erosiona sus márgenes. Esto debería ser una señal de alerta para los sindicatos de Iberia, sobre los nuevos tiempos que se avecinan.

Ya anticipamos que 2013, con un decrecimiento económico previsto del -1,4% del PIB, sería el año de los grandes ERE en las grandes empresas. 2012 acabó con un incremento del 56% en los expedientes de regulación en empleo, que afectaron a un 31% más de trabajadores.

AIR FRANCE-KLM, que perdió dinero en 2011 y en 2012, y que aumentó sus pérdidas en 2012 en un 47%, debido a costes de reestructuración, lanza un aviso a navegantes: “2013 se abre en un entorno incierto, marcado de nuevo por una fuerte volatilidad del precio del petróleo”. Para salir adelante, la compañía aérea franco-holandesa debe poner en marcha su Plan de Transformación 2015 que supone agrupar sus marcas de bajo coste bajo el paraguas de una misma empresa holding, y despedir a más de 5.000 empleados.

La presión de las empresas por ser más productivas y competitivas reduciendo los costes laborales y salariales no ha hecho más que comenzar.

Imagen, por Engineering at Cambridge

3 pensamientos en “Se avecina un tsunami económico

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