Las verdades del barquero

Paris Under the Waters: The Arrival of the Boatmen (1910)El reportaje en portada de Actualidad Económica de hace unos días es un homenaje al buen hacer periodístico y a la verdad de lo que sucede en Iberia. La publicación de economía y negocios analiza la situación empresarial de Iberia. Esta realidad está en las antípodas de las consideraciones de sindicatos, políticos y pilotos. Para estos colectivos, Iberia sigue siendo, conceptualmente, una empresa pública en la que se puede hacer de todo y nunca pasa nada, porque el Estado está siempre detrás para salvarla e impedir que se hunda. Los sindicatos quieren participar en la gestión; los políticos quieren influir para que, desde Iberia, se preserven objetivos de interés publico. La realidad es que Iberia es empresa privada que atraviesa problemas desde mucho tiempo antes de su fusión con British Airways. Y ahora, por ser empresa privada, no cuenta con el apoyo del Estado para sobrevivir. De hecho, las pérdidas económicas generadas por las huelgas podrían hundir a Iberia y el gobierno de turno no podría hacer nada para evitarlo. Todo esto entra dentro de la más pura lógica empresarial. Sin embargo, los sindicatos actúan en Iberia como si la empresa todavía perteneciera al Instituto Nacional de Industria (INI), previo a la SEPI. Esos eran otros tiempos, cuando Iberia era empresa pública y los sindicatos podían organizar huelgas muy fuertes para conseguir privilegios y prebendas.

Imagen, por postaletrice

Monopolios: la oveja negra de nuestra sociedad

Oveja Negra, TintoMonopolios, gran enemigo de la libre competencia y del progreso

Los monopolios son uno de los grandes enemigos de la economía de libre mercado y del progreso económico. Cada vez que alguien llega “arriba”, con el apoyo de clientes y consumidores, y decide que “hasta aquí hemos llegado”, se apoltrona y quiere evitar que entren nuevos competidores en su mercado, se está creando una distorsión muy grande en la economía. Se crean situaciones que no benefician a nadie: en el corto plazo, sí, benefician a los dueños de los monopolios y, durante su “reinado”, imponen su voluntad a clientes y consumidores hasta que surgen nuevas alternativas que devuelven la libertad de elección a las personas.

El presidente de Telefónica, César Alierta, ha puesto el dedo en la llaga, explicando muy adecuadamente cómo Apple o Google dominan Internet. Controlar Internet es una cosa muy fuerte. Las posiciones de dominio y control impiden la libertad. Estamos a favor de los derechos de autor y de que personas y empresas paguen por consumir contenidos: noticias, libros, películas o música. De la misma manera en que pagamos un billete de una compañía aérea cuando queremos viajar. Dicho lo cual, la información debe viajar libremente en Internet y a través de muchos tipos de dispositivos, sean ordenadores personales, tabletas o teléfonos móviles inteligentes: y, con independencia de la marca; por tanto, debería dar igual que se trate de Apple, Samsung, Blackberry, Sony, Hewlett-Packard, Toshiba, LG, Lenovo, Nokia y tantas otras empresas más. Es relevante hacer una mínima enumeración de empresas, para recordarnos que, cuantas más haya en el mercado, mayor libertad de elección habrá. Sigue leyendo