Mundo al revés: pasajeros enfadados, sindicalistas felices

El mundo al revésEl mundo al revés. Los pasajeros, vapuleados. Los sindicalistas, con trabajo garantizado, aunque no haya empresa

Pescanova, una empresa “de toda la vida”, de aquellas que forman parte del mobiliario mental perpetuo de los españoles, está en pre concurso de acreedores. Tiene un apalancamiento (deuda sobre recursos propios) muy fuerte, y se ve obligada a vender activos. Un amigo abogado me decía el domingo pasado que a ellos, los abogados mercantiles, procesos como el de Pescanova puede darles de comer durante un par de años, porque les provee contenido de trabajo mientras liquidan la sociedad. Otro amigo, también abogado mercantil, me decía ayer que, aunque lo que me dijo el otro amigo abogado es cierto, también lo es que esos procesos son muy peligrosos: sí, te dan trabajo, pero muchas veces no te dan dinero, porque al liquidar activos, muchas veces estas empresas no tienen con qué pagar a sus abogados al final del camino. Tampoco tienen con qué pagar a los acreedores y a los proveedores. Quién lo hubiera pensado de Pescanova. O de Roca, que hace un expediente de regulación de empleo en una de sus fábricas de Sevilla, despidiendo a más de trescientos trabajadores. Estos se manifiestan, exigiendo carga de trabajo. La empresa argumenta que no hay carga de trabajo porque no se vende, y no se vende porque no hay demanda. Lógicamente, a los sindicatos, este argumento les da igual, porque preferirían que la carga fuera ficticia y que se mantuvieran sus puestos de trabajo, a perder el empleo.

Pescanova y Roca son simples ejemplos, no solo de las penurias, consecuencia de la crisis, sino de los cambios profundos que se están empezando a producir en la estructura económica de España y en sus modelos productivos. Un estudio de la consultora de servicios profesionales PwC sobre tendencias económicas mundiales 2013-2050 dice que España, en unos años ocupará el puesto número quince entre las primeras economías del planeta. Por delante estarán China, Estados Unidos, Rusia y Brasil. Países como México e Indonesia pasarán por la izquierda a Alemania y Reino Unido. PwC dice que ya no podrá considerar a estas economías emergentes como mercados en los que solamente producir barato, sino como mercados de gran consumo con gran potencial de compra, que es lo que falta en España. Sigue leyendo